Hoy vino un pensamiento a mi mente que hace años creí haber desecho...
Más que un pensamiento, es una duda:
"¿Soy un hueón tan penca que todas las mujeres que me conocen desean no haberlo hecho?"
...Todas me lo han dicho en algún momento y durante los últimos años luché mucho por cambiarlo, por no hacer que sintieran eso [ni que tuvieran que decirlo], porque duele... en serio.
Creí haberlo logrado y estaba seguro que contigo fui mucho mejor pololo de lo que nunca había sido. Y por lo mismo jamás creí que tu también serías capaz de decirlo...
Pero hoy, cuando me llamaste -desesperadamente enojada- mientras estaba en mi trabajo y terminamos discutiendo, lo dijiste; "ojalá nunca..."
Si bien no terminaste la frase, el contexto indicaba que cualquier opción llevaba a eso:
- "ojalá nunca... [te hubiera conocido]"
- "ojalá nunca... [hubiese sido tu polola]"
- "ojalá nunca... [hubiésemos tenido al Beto]" {que fue el motivo de la discusión}
...No sé, siento una gran decepción, porque no esperaba que las cosas acabaran así. Si bien estoy consciente que esto tenía que acabar y que no tenemos por qué ser amigos, tampoco creo que sea necesario llegar a ese odio. Menos cuando te he dado todas las facilidades para cerrar todos los ciclos pendientes de la mejor forma.
...Te estoy superando, ya lo dije y es verdad. Pero no quería que fuera de esta forma. "No hallo la hora de desligarnos y no saber nunca más de ti", fue lo otro que me dijiste.
Y por más que lo pienso e intento ponerme en tu lugar, te juro que no entiendo porqué piensas así. De hecho, creo que no te conozco. Que la mujer con la que compartí todos estos años no eres tú, NO PUEDES SER TÚ.
No te odio y no quiero hacerlo, ya lo he dicho antes. Pero honestamente tampoco quiero saber más de ti. Te me caíste del altar [como todo lo que alguna vez me ha importado]... Y sinceramente ya no quiero seguir calentándome la cabeza contigo.
Fuera de molestarme un poco tu llamada, no me causó nada...
Sigo con la esperanza de olvidarte completamente. Me duele, pero lo necesito...