lunes, 30 de julio de 2012

No estás deprimido, ¡¡estás distraído!!



No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla. 
Distraído de la vida que te rodea: Delfines, bosques, mares, montañas, ríos. 
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones.

Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubistein interpretaba como nadie a Chopin a los 90. Sólo citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida. Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo".

Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un sólo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mando matar seis millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mäiller, Mozart, Chopin, Beethoven, Caraballo, Rembrandt, Velásquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas ... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo tanto, fácilmente feliz. Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruyan hay millones de caricias, que alimentan la vida.

Pocas cosas tan bellas he recibido como estas palabras, que me parecen salidas no sólo de una alma buena, pero sobre todo muy humana. Ojalá y lo disfrutes tanto como yo y ojalá y todos los practiquemos. ¡A vivir se ha dicho! Y ¡Menos quejas! ¿No crees?.
Facundo Cabral

martes, 3 de julio de 2012

...Y así, sin más se van las ganas

Hoy quería escribir... pero ya no.
Era de un sueño bastante interesante que tuve y que hizo que despertar a mi realidad fuera mucho mejor... Pero así de rápido como se desvaneció el sueño también se arruinó el gran día que tuve...
Y ya no quiero escribir, y ya no dormiré bien... y ya ni siquiera sé que hacer.

domingo, 20 de mayo de 2012

Nonsense


En estos momentos lo único que quiero es ahogarme entre alcohol y tabaco, y lo único que tengo es la oscuridad de esta pequeña pieza y la tediosa "melodía" del seudo-músico que tengo de vecino...Y las palabras son el arma más poderosa del hombre (y la peor)... por eso las odio... por eso soy su esclavo (certificado profesionalmente, por lo demás). Pero sin duda lo más matapasiones de este momento de melancolía es que estoy super hinchado y el hedor confirma lo matadores que estuvieron esos burritos del almuerzo. Al menos la selección aleatoria de música ha sido acertada. Primero Eels, luego Kings of Leon y ahora Mono.
Ahora que lo recuerdo, cuando un día comienza mal es lógico que termine de igual manera... No sé porqué intento convencerme de que los pasos que oigo afuera son para mi, cuando es obvio que no. Cagó la playlist: primero un tema de Los Bunkers y ahora de Starsailor!... ¿por qué tengo a Starsailor? a la papelera y vaciarla inmediatamente... repaso cada una de mis palabras y sólo oigo diarrea verbal, el olor a mierda lo confirma...No entiendo el vicio de las redes sociales... por más que las reviso no tienen nada interesante. Por si fuera poco en twitter me siguen weones que no tienen porqué hacerlo... debería restringir el acceso... es vieja esa foto, pero me veo rico. Me gusta.
Intento no penar en ello,  no es sano... pero no puedo evitarlo... Detesto escribir ahora. Woo un temazo, Colorblind de Counting Crows...

Noche culiá...


lunes, 30 de abril de 2012

No es enojo


No debería huir. No ahora. No a estas alturas. No después de tanto tiempo... 
No es enojo, en serio. Parece lo más sencillo pero no. Realmente no sé qué es. Se parece al miedo, supongo que es miedo (odio el miedo). 

Me recuerda el choque, aunque ahora casi fue un atropello. Pero fue la misma sensación. Supongo que eso sentirán los animales deslumbrados en la carretera antes de morir.

No entiendo porqué huí. No se supone que debiese hacer eso. Tampoco debería seguir afectándome ya que no pasó nada. Pero sigo sin entender... que no es enojo... que no huí por eso.

lunes, 12 de marzo de 2012

Requiem por los Blogs

Hace un tiempo iba a replicar un post que leí en el blog de Alberto Fuguet sobre el estado actual de los blogs y su deterioro a causa de las redes sociales, pero por falta de tiempo y mala memoria nunca lo hice. Hoy estaba bastante aburrido y me puse revisar los blogs que guardo en mis marcadores, muchos de los cuales no se actualizan desde hace años y por lo mismo los iba a eliminar pero poseen escritos que me gustan mucho y que tampoco me gustaría perder....

Es por esta razón que decidí replicar dichos escritos (con sus respectivas fuentes) acá para luego borrarlos con la consciencia tranquila. Fue en ese momento que recordé el post de Fuguet y por ello comenzaré replicando ese y luego continuaré con los otros... Además es una manera de mantener vivo este que ya ni ganas ni motivos tengo para escribir...

Sin más preámbulos helo aquí:

1-nov-2011
Requiem por los blogs (Alberto Fuguet)
Mientras todos hablan de Google+ o de la tremenda importancia que tiene Tumblr, mientras un amigo me dice que lo único que le interesa es transmitir mensajes y emociones a través de las fotos que toma en su iPhone y que comparte via www.instragram sus fotos procesadas (“la peor foto te queda cool y para qué escribir si puedo transmitir lo que siento en imágenes”), pienso en qué pasó con los blogs.
¿A dónde se fueron?
¿Qué pasó?
Toda esa energía, esas palabras, esa poesía digital, esas confesiones de tres-de-la-mañana, a donde se fue.
Por qué la palabra bloggero suena tan pasada de moda como un lambada.
Increíble: uno de los grandes inventos del siglo 21 duro media década.
Yo una vez sostuve, y lo puse por escrito, que el escritor suicida colombiano Andrés Caicedo era el primer blogger pues, a mediados de los 70s, escribía sus pensamientos y sensaciones emos y los enviaba a desconocidos por toda América para sentirse menos solo y compartirlos.
Hoy la gente twitea cosas como “Sólo otra vez”
“Q buen delivery de sushi hay en Nuñoa!”
“Grande, Alexis”,
“Buen asado con Natalia: ahora siesta”
y  el clásico “Odio los fomingos”.
No quiero atacar twitter.
No voy a atacar twitter.
Entre otras cosas porque, al parecer, ganó.
Y es cierto que sirve para publicitar desde un evento a que te quebraste una muela a que odiaste tal película o que estás gozando viendo a los Denver.
Leo a Axel Christensen y algo me queda más claro:
Para cada red, un contenido. Si Twitter es para hacerse escuchar y Facebook para comunicarse…Luego resume lo que quería yo resumir pero, por ser 1.5, no he sido capaz:
Al contrario de Twitter, donde lo que importa es hacerse escuchar, y de Facebook, para mantener amistades y relaciones, en Google+ el contenido que reina es sin duda el visual.
OK, welcome a la era de la imagen.
Si es que ya no lo sabíamos.
Yo, al menos, debería estar contento.
A mi me gusta filmar pero –de nuevo- esto de ser “tan siglo 20” te pesa.
Me gustan las palabras, las frases, los pensamientos.
Twitter es como un  e-mail corto público; las aplicaciones visuales son eso: enviar la foto de un cine viejo en provincia y captar que aquel que tomó esa foto está o deprimido o le gustan las ruinas o…  lo visual se presta aún más para la (mala) interpretación, pero bueno, no voy a combatir el futuro (perdón, el presente) y yo ahora quiero tener una cuenta instragr.am, pero volvamos a los blogs.
¿En qué momento se jodieron los bloggeros?
¿Quedan?
¿No son acaso ahora reporteros o columnistas-estrellas digitales?
En qué momento murió el blog tal y cual lo conocemos.
Me dicen que cuando nació twitter.
Buena teoría.
Quedan blogs, es cierto, pero pocos en actividad y casi ninguno está generando contenido mundial o nacional.
La cosa, me explican, es más o menos así:
Aquellos que querían expresarse, o provocar debates, o simplemente constatar que seguían escuchando a The Smiths en un día nublado, se pasaron a twitter.
Otros, se suicidaron.
Los más pro transformaron su blog es un página o, mejor, en un portal. Blog mediáticos de un reportero o columnista sagaz fueron cooptados por verdaderos medios de comunicación digitales. Un blog para chicas se transforma en un imperio llamada Zancada o un blog para geeks empieza a agarrar fuerza como FayerWayer. Los blogs de música y cine mutaron en sitios o revistas electrónicas.
El chico brillante de región fue contrato por medios consolidados o, más bien, por nuevos medios y tiene la suerte que no necesita inmigrar a la gran ciudad.
Me cuesta encontrar un blog anónimo, realizado en solitario, sin apoyo de otros o auspicios, que tenga importancia. En Estados Unidos, los grandes bloggers se asociaron a mega-blogs que en el fondo son revistas y, por cierto, usan twitter como el arma para que ingresen a leerlos.
Otros se asqueron de blogspot y optaron por su propia página de nombre excéntrico o indisputablemte personal (www.juanperez.com) pero de a poco se aburrieron que igual era lento (“odio wordpress”) o que tenían que pagar por estar en un servidor.
Esto que postear fuera lento es, al parecer, un tema.
Temazo.
El tema: la caída del blog se debe a que, en promedio, la operación de subir un post de manera atractiva y mulitimediática podía durar unos diez a doce minutos.
Todos quieren que sea fácil, rápido, ahora.
De ahí el triunfo del twitter.
Carrie Fisher, la Princesa Leia, se adelantó veinte años cuando, intoxicada por cocaína y ansiedad, escribió que para ella la gratificación instantánea se demoraba demasiado.
Mal.
O bien: es cosa de ver un partido via twitter o cualquier evento para captar que, en efecto, París ya no es una fiesta, es la pantalla de tu lo-que-sea inteligente.
Me cuentan que el blog no nació para expresar tristezas o apoyar tus películas favoritas o libros sino que fue un invento que consistía en postear hacia abajo.
Escribir hacia abajo.
Las primeras páginas digitales fueron diseñadas para que la gente los leyera de  izquierda a derecha tal como ha ocurrido hace siglos.
Creo que le debo algo a los blogs.
Me gusta escribir hacia abajo.
Pero hoy me puse a mirar los blogs que tenía marcado entre mis favoritos y capto que algo pasó entre el 2007 y el 2009.
Es raro mirar blogs abandonados: ruinas digitales.
Uno duda si el bloggero murió porque por lo general no hay despedida. Sólo un post intrascendente y luego nada.
El blog, digan lo que digan, era multimediático (ahí quizás su falencia: mucho link, mucha foto, mucho video embedded) pero también era una bitácora, era trozos y apuntes y notas y post literarios.
Se habló que iban a salir algunos de los grandes escritores del siglo 21.
Quizás ahí se están formando.
O quizás se perdieron twiteando.
Pero una cosa es cierta: al desparecer el blog (quedan tan pocos, y los pocos que quedan, son una anomalía y casi molestan por la energía desplegada por el tozudo que aún cree en la palabra escrita: ojo con Moleskine, el blog literario de Thays, que en rigor es más una agencia de noticias literarias), uno intuye que empieza a desaparecer un lector que era capaz de digerir más de 140 caractéres.
Quizás no.
Quizás ando haciendo el duelo.
Los libros y novelas y cuentos y poemas y revistas seguirán, pero los blogs no.
Alguien me comenta que los blogs murieron por falta de rigurosidad, por no tener un editor, por no diferenciar el pudor con el exhibicionismo.
No sé.
Sí sé esto: tengo un blog y me da pereza actualizarlo y, más aún, escribir directamente para él.
Uno al final pertenece a este mundo, lo quiera o no.
Uno también siente que – a veces- quince minutos es demasiado tiempo.
Fin.
[Fuente: Alberto Fuguet]