miércoles, 30 de marzo de 2011

sábado, 26 de marzo de 2011

miércoles, 16 de marzo de 2011

las paradojas de la escritura

Últimamente me he vuelto muy diestro en el arte de la pluma, al punto que en sólo unas horas puedo contar muchas historias distintas. Y digo que mi destreza a crecido porque muchas personas que me leen (sobre todo del mundo de las letras) así me lo han hecho saber cuando me dicen que lo estoy haciendo bien.
Asimismo estas ultimas semanas he compartido con personajes del calibre de Federico Wolf o incluso del connotado Pablo Simonetti.
Y aunque Wolf no es precisamente un literato, no deja de ser un creador con las palabras pues la música también requiere de estas nobles servidoras.
Y algo en lo que ambos concordaron es que en la simpleza de lo cotidiano se haya la fuente de inspiración.
Algo con lo que concuerdo pues es lo que diariamente hago cuando escribo. (Y que también he hecho en ciertos escritos más íntimos a los que les tengo un cariño).
Pero la paradoja de la escritura es que puedo hacerlo para hablar de otros, de narrar historias que veo y/o que me cuentan, pero que no puedo hacerlo por algo que venga de mi interior (al menos no con tanta facilidad como decirlo en tercera persona).
Y es en esta reflexión cuando empiezo a pensar en el interminable cliché de la motivación literaria ("¿Por qué habré de escribir si apenas sé tomar una pluma?").
Pero quizás el origen de esta dificultad se haya en algo bastante común y al mismo tiempo inusual: La censura.
Y yo, como ente responsable de lo que mis palabras puedan plasmar sé mejor que nadie que por la boca muere el pez. Y es justamente esto de lo que más debo cuidarme... y lo que tal vez me impide hablar de mi con la facilidad que puedo hacerlo de los demás

domingo, 6 de marzo de 2011

Despedidas

Hace unas horas, cuando iba bajando por esas calles de la perla del norte estaba pensando en lo difícil que son las despedidas, aunque sólo sean transitorias. Y es que desde un principio supe que eso pasaría, pero aunque tecnicamente estaba preparado, llegado el momento me costó más de lo que creía.
Y claro, 9 horas juntos no son suficientes luego de casi 3 meses sin habernos visto y es por ello que no quería irme...
Ahora voy escribiendo desde el bus, en plena ruta 5 norte con un estrellado desierto como fuente de inspiración... o al menos eso intento que sea.
Pues lo que realmente quiero decir es que aunque fue poco tiempo el que pudimos disfrutar y que lo que menos quería era alejarme de ti despues de todo este tiempo, quiero mantener la esperanza que así como el tiempo pasó tan rapido hoy, tambien lo hará durante este mes que me queda de trabajo para luego disfrutar el resto del tiempo juntos.

martes, 1 de marzo de 2011