Sábado por la noche (en realidad domingo ya) 20 de septiembre por si fuera poco, y he me en mi habitación con una bolsa de papas de 35grs , unas chelas y mi pequeña hamster de mascota durmiendo junto a mí...
Se suponía que el alcohol era para encontrar la creatividad (al igual que lo hacían ciertos artistas románticos como Allan Poe) y así escribir los informes que debo entregar dentro de 22 horas. Sin embargo, como se puede ver, estoy haciendo puras weás que no tienen ná que ver con el informe...
...En realidad ni tengo ganas de escribir, es una de esas noches extrañas que te dan sensaciones que no puedes explicar: ganas de tirarte de la ventana de la pieza, en el 5° piso de mi departamento por ejemplo, pero como no estoy en Antofa eso no es posible ya que aquí sólo tengo un piso y la ventana está protegida por barrotes.
En cambio aquí, en la casa de mis padres donde no me permiten fumar y debo hacerlo en la ventana, me dan ganas de perderme en la infinidad del estrellado cielo del desierto de Atacama.
No se trata de una sensación de no haber nacido o de volver a nacer, tampoco se trata de un intento por desaparecer... es algo extraño que he tenido toda la vida y que no sé porqué mierda me dan ganas de comentarlo ahora...
Y entonces se me acaban las cervezas, reitero que no tengo ganas de escribir y aún así lo hago. Lo sé, no hablé nada coherente ni interesante ahora... Por lo tanto prefiero despedirme...
Au revoir
PD: la entrada aparece publicada a las 12:29, sin embargo terminé a las 2:48